El Neomachismo


Es la versión modernizada. El hombre asume que la mujer juega un rol en la sociedad, con derecho al trabajo y a su vida propia, pero en la vida en casa se cree con derecho a pedir explicaciones a su compañera y a no realizar aquellas tareas del hogar que aun se consideran poco masculinas.

Esta figura deja de lado el maltrato a la mujer, sin embargo, busca mantener el control, liderazgo, aunque de una manera más objetiva y democrática, acepta sus errores y las ventajas del sexo femenino, el neomachismo, busca un consenso de pareja en el matrimonio, pero siempre busca hacer valer su opinión y hacer más justa una familia.

El machismo ha sido un elemento de control social y explotación sexista en muchas culturas. Algunos factores que han contribuido a su supervivencia y continuidad son:

Leyes discriminatorias hacia la mujer.
Diferencia de tratamiento en el caso de infidelidades matrimoniales: en algunas culturas, el adulterio, o el embarazo previo a la concertación del matrimonio son castigadas con la muerte.
Necesidad del permiso del varón para realizar actividades económicas.
Negación del derecho a voto o de otros derechos civiles.
Educación machista desde las escuelas y la propia familia, por el cual el proceso de enculturación trata de justificar y continuar el orden social existente. Eso incluye consideración de valores positivos la sumisión al marido, el matrimonio y la procreación como una forma preferente de autorrealización.
Discriminación en el ámbito religioso, en países de predominio musulmán, en determinadas ramas del cristianismo, en los ortodoxos judíos, en el hinduismo, etc.
División sexista del trabajo, por el cual se prefieren a otros hombres en puestos decisorios. Originalmente la división sexista se fundamentó en la diferente capacidad física y muscular, en la que los hombres tenían ventaja comparativa; En cambio, en la sociedad actual la fuerza física perdió importancia, mientras que las capacidades intelectivas y las habilidades sociales fueron ganándola, lo que ha contribuido a la incorporación de muchas mujeres al trabajo asalariado. También se refiere a un pago de salario menor a las mujeres que a los hombres a cambio del mismo trabajo.
Los medios de comunicación y la publicidad sexista, al realzar ciertas conductas o modelos como siendo los más adecuados o típicos de las mujeres.

La moda femenina ha sido paradójicamente uno de los nichos de funcionamiento del machismo encubierto. Los tacones altos, el maquillaje, los esfuerzos por mantener figuras esbeltas, los sostenes, el llevar partes del cuerpo sugerentemente descubiertas (cuello, parte alta del pecho, piernas, pies) etc., no hacen sino confirmar que tácitamente la mujer debe resultar "atractiva" a su contraparte masculina. Esta actitud ha ido cambiando un poco con el tiempo disminuyendo estas tendencias. El giro de la moda ha sido tal en los inicios del siglo XXI, en algunos países, que también los hombres se preocupan por la estética de su cuerpo, usando por ejemplo, tratamientos para el cutis, ejercicios para acentuar su musculatura o ropa sensual, como camisetas y pantalones apretados, o usando prendas incómodas y de mensaje "sumiso" como sandalias que dejan los pies descubiertos.

Fuente: http://nodiscrimine.blogspot.com/2008/07/el-neomachismo.html

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