Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo, más del diez por ciento de los niños y niñas del país realizan tareas domésticas intensivas. Pero de ese porcentaje, las niñas duplican a los niños, y las diferencias se agrandan cuando se releva a adolescentes. Un trabajo que se esconde detrás de la frase “ayudar a mamá”, otra trabajadora invisible, como dan cuenta las historias que siguen. Por Elisabet Contrera Josefa cocina sin hacer ruido. En la otra habitación, duermen sus cinco hijos/as. Es sábado, “el único día que pueden dormir hasta tarde”, justifica. Para ella es un día especial porque puede cuidar y mimar a su familia. De lunes a viernes, sale a trabajar y la casa queda a cargo de los chicos/as. “Los más grandes se ocupan de los más chicos. Rocío lava la ropa, Constanza cocina”, enumera el reparto de tareas. “Me gustaría quedarme en casa y que ellos estudien, ocuparme de Ignacio, que me necesita, pero no puedo”, explica angustiada. No tuvo...