Hombres aliados del feminismo: también los hay y cada vez son más



Las mujeres están a la vanguardia del movimiento, pero hay varones que creen que ha llegado la hora de sumarse a la lucha

Protesta feminista en Madrid contra la violencia de género. / ARANCHA RÍOS


Madrid

08/01/2019 00:01 Actualizado: 08/01/2019 04:11


HENRIQUE MARIÑO @solucionsalina


“La izquierda estaba llorando por recuperar la calle cuando, de repente, llegó el feminismo con perspectiva de clase”, comentaba recientemente Nacho Vegas en una entrevista a este diario. El oleaje del 8-M —y el mar de fondo, previo al viento del #MeToo— había agitado la conciencia no sólo de tantas mujeres que se sumaron al movimiento feminista, sino también de algunos hombres, conscientes de que el cambio igualmente debía pasar por ellos. No como actores principales, sino como personajes secundarios, porque las protagonistas son y deben ser ellas. Podrían considerarse, si acaso, aliados.

El músico asturiano acababa de publicar Violética y quería dejar claro que el título de su nuevo álbum no hacía referencia explícita a la mujer ni a Violeta Parra, a quien versiona en Maldigo del alto cielo, pero la presencia femenina era evidente: Lucía Alba Martínez, Cristina Martínez, Maria Rodés y Christina Rosenvinge, con quien había colaborado anteriormente, al igual que ha hecho con otras cantantes como Fee Reega.

Nacho Vegas también homenajeaba en Aida a la Rosa Roja de Asturias y volvía a hacerse acompañar del Coru Antifascista Al Altu La Lleva —con una notable presencia de mujeres—, aunque insistía en que su intención no era apropiarse de la causa feminista. Sin embargo, era obvio que, de facto, rebajaba la dosis de testosterona y cantaba en género neutro o, al menos, con una voz menos masculina, cediéndoles a ellas algunas letras y canciones.

“No quise cargar las tintas en el homenaje a Violeta Parra. Tenía miedo a que Violética se entendiese como un álbum feminista. No lo he intentado, ni mucho menos, si bien soy profeminista e intento aprender del movimiento”, declaraba con humildad. De algún modo, el cantautor se retrataba como un mero escudero e ilustraba la portada con la ilustración de un rostro femenino —cuando antes el suyo había ocupado algunos de sus elepés—, pero no se subía al carro ni caía en el postureo, como reflejan los comentarios de ciertos varones en redes sociales.

¿Feminista en Twitter o Facebook, machista en casa? “Esa doble moral —o doble comportamiento— encuentra similitudes con otros pensamientos de izquierdas relacionados con la igualdad o con la lucha social”, explica Antonio Maestre. “Ese debate debe producirse entre los hombres feministas, porque todavía no está solucionado. Hay muchos tíos de izquierda machistas que la consideran una lucha irrelevante porque estorba a otras causas que consideran prioritarias”, añade el colaborador de La Marea.

A la derecha, según él, no hay ambivalencia, dicotomía o discusión posible. No existe, pues, esa doble moral, sino una sola. Las cosas, claras: “El pensamiento conservador prioriza el ideario católico, que es puramente machista, por lo que no cabe el debate. Es más, el 8-M ha generado un reacción antifeminista o supremacista masculina, porque consideran que la causa de la mujer atenta contra el hombre. El feminismo es una palabra demonizada”, opina el periodista, quien coincide con Vegas en que “el feminismo es la parte troncal que toca las otras luchas, es decir, el único movimiento que tiene capacidad transformadora”.

El autor de Resituación subrayaba su carácter anticapitalista, destacaba la presencia de activistas muy jóvenes y mandaba un recado a los partidos progresistas: “La izquierda tiene que tomar nota: si alguien debe liderar una vía rupturista, es el feminismo”. Estas líneas no pretenden señalar con el dedo a los progres instalados en el machismo —instintivo, militante, deliberado, consciente, involuntario, reflejo o inconsciente, producto de la educación o alimentado por uno mismo—, pero cabría suponer que los varones que se han sumado a las reivindicaciones de las mujeres tiran más hacia un lado que hacia el otro.

“El movimiento no necesita a los hombres, sólo precisa que no molesten. Bastaría con que no fuesen un problema, pues ellas se valen por sí solas para mostrar su fortaleza, que se refleja precisamente en una reacción a la inversa. Insisto: cuando hay una corriente preeminente, surge otra reactiva”, añade Maestre, quien apunta más a los contrarios espoleados por la marea lila que a los nuevos aliados del feminismo. “Hay un movimiento de indignación, pero también de oposición machista. En el fondo, es positivo, porque esa reacción evidencia que la causa feminista ha aflorado y va ganando”.


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Texto completo: https://www.publico.es/sociedad/hombres-aliados-mujeres-lucha-feminista-feminismo.html

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