El autoengaño de sentirte deconstruido
Los hombres deconstruidos no existen porque entender esta acción como un participio pasado, nos impide darnos cuenta de que en realidad, consiste en asumirla cada día en un presente continuo infinito.

Sentirse deconstruido es el
camino más directo a la autocomplacencia condescendiente y más bien
representa una especie de egofrenia y bypass progresista que lo que
probablemente alberga es un ego mal gestionado disfrazado de
conciencia.
Autodenominarnos
como feministas no nos hace mejores personas si no logramos damos
cuenta en nuestro día a día de nuestros micromachismos, de nuestros
mansplainings y de qué mandatos y patrones tóxicos aún seguimos
replicando. Pensar que la igualdad es una palabra y no ver que en
realidad representa un verbo, pues conlleva una práctica diaria, es caer
en el autoengaño de la deconstrucción.
La deconstrucción como concepto, surge en
la teoría del filósofo francés Jacques Derrida, y se basa en el estudio
del método utilizado en los análisis de Martin Heidegger,
principalmente en sus análisis etimológicos de la historia de la
filosofía. Nace como herramienta para visibilizar lo que los discursos
hegemónicos dejaron históricamente en las sombras. La deconstrucción va
contra la centralización del poder y abre la posibilidad para que lo
heterogéneo emerja.
Cuando hablamos de género, y
específicamente, de masculinidades, hablar de deconstrucción significa
cuestionar, criticar y sobre todo, accionar sobre los atributos que
hemos aprendido a lo largo de la vida.
Desde esta óptica, no nos deconstruimos
como hombres, sino que deconstruimos los valores y atributos que
supuestamente nos definen. No se trata de renunciar a ellos sino de
entender a dónde nos están llevando y redefinir los que no conduzcan en
dirección positiva.
Es importante observar que atributos como
fuerza, valentía, seguridad, decisión, asociados de forma arquetípica a
las masculinidades, no son valores negativos per se, sino que es el
tratar de encajarlos todos como la única forma de ser hombre, lo
que termina replicando y sosteniendo un estereotipo y un patrón
orientado a la violencia machista, donde el 80% de los suicidios los
cometen los hombres, donde somos 3 veces más propensos que las mujeres a
caer en adicciones y donde protagonizamos el 91% de los homicidios
mundiales y el 99.6% de las agresiones sexuales en México.
Sin duda, hablar de
deconstrucción masculina pasa por un ejercicio introspectivo, y sobre
todo, continuo, de cuestionar los atributos y conductas que seguimos
replicando, evitando caer en el autoengaño de pensar que la
deconstrucción es un proceso de un momento y que dura para toda la vida,
o que somos mejores que otros hombres por estar conscientes de nuestros
privilegios.
En este ejercicio de autocrítica, lo que
marca la diferencia es saber cómo estamos usando nuestras ventajas o
privilegios, si es para buscar aprobación y protagonismo, o bien para
provocar, facilitar y accionar la igualdad cada día.
Ser un aliado de la igualdad implica ser
más creativo en las formas en que nos asumimos como apoyo, más allá de
seguir empeñados en opinar sobre las marchas organizadas por mujeres
para mujeres, o de intentar participar a toda costa en ellas. Algunos
puntos clave:
- Entender y asumir la diferencia entre apoyar y ser protagonistas.
- Entender que podemos y tenemos que apoyar, sin necesidad de protagonizar.
- Si deseas protagonizar algo, que sea
convertirte en ejemplo de desobediencia radical al mandato inconsciente y
machista, que puedes dar entre tus amigos, tu padre, o tus compañeros.
- Saber que nuestra oportunidad como
hombres, pasa por decidir nuestra propia forma de expresar nuestra
masculinidad, y esto pasa por ser críticos y desobedecer radicalmente el
patrón inconsciente que vive adentro de nosotros.
- Empezar a habitar la esfera personal,
esto es aprender a cuidar de nuestras emociones, de nuestros espacios y
de nosotros mismos.
- Asumir nuestra responsabilidad de escuchar activamente, re educarnos y deconstruir los valores que nos configuran.
Que este 2019 nos traiga a todos un
cierre de ciclo donde nos demos cuenta de que el mejor regalo que
podemos hacernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean, es dejar
atrás todo aquello que se supone que somos y que, definitivamente, ya no
queremos seguir siendo.
Contacto:
Twitter: @nickonogués
El autor es activista defensor de los Derechos Humanos y Medioambientales, divulgador creativo, consultor estretégico y fundador del Instituto #demachosaHOMBRES y MIRACLE
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